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La Oración

 

La oración es hablar con Dios; conversar con nuestro Padre del Cielo, con Jesús, con el Espíritu Santo; conversar con nuestra Madre la Virgen María, con el ángel custodio con los santos. En este diálogo lo más natural es que digamos alabanzas, demos gracias, pidamos perdón o imploremos lo que necesitamos. Para un cristiano orar es un deber. Si lo consideramos bien; ¡qué tal suerte la nuestra: poder hablar con Dios o con la Virgen, con la sencillez y confianza de un hijo con su papá, con su mamá! Porque esto son para nosotros; y sabemos que nos aman y que todo lo pueden.

 

Dios escucha siempre nuestras oraciones; lo dice la Biblia: "Me invocarán, y yo les escucharé" (Jer 29,12); "Pidan y recibirán" (Jn 16,24).

Devoción a la Preciosa Sangre de Jesucristo

CONSAGRACION A LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO

 

Conciente de mi nada y de tu Sublimidad, Salvador Misericordioso, nos postramos a tus pies y te damos gracias por tantos favores que tu me has hecho a mi, siendo una creatura ingrata; especialmente porque me has liberado por tu Preciosísima Sangre, de la fuerza perniciosa de satanás. En la presencia de mi Santa Madre Maria Santísima, de mi ángel custodio y de toda la corte celestial, yo me consagro ¡Oh Jesus! con corazón sincero, voluntariamente a tu Preciosísima Sangre, con la que me has liberado de la muerte, del infierno y del abismo. Te prometo despertar y fomentar la devoción a tu Preciosa Sangre, por el precio de mi salvación, con tu ayuda y según mis fuerzas para que tu Sangre, digna de adoración sea honrada y glorificada por todos. De esta manera quiero reparar mi infidelidad contra tu Preciosisima Sangre de amor y dar satisfacciones por tantas profanaciones que los hombres te ocasionamos a precio de la salvación. Mírame ¡Oh mi Salvador Divino!, te ofrezco mi amor, la veneración y adoración que a tu Preciosa Sangra, ha ofrecido tu Santisima Madre, tus discipulos fieles y todos los Santos y te pido que no pienses en la infidelidad y frialdad que he tenido hasta ahora y que nos perdones a todos los que te hemos ofendido. Limpianos Oh Salvador Divino, a todos y cada uno de nosotros con tu Preciosísima Sangre, para que te amemos de todo corazón y veneremos dignamente el precio de nuestra salvación. Amén.

Santo Rosario

Misterios Gozosos

Misterios Dolorosos

Misterios Luminosos

Misterios Gloriosos

Devoción a la Santisima Madre del Cielo 

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